La sacristía fue construida a mediados del siglo XVIII, en estilo barroco, juntamente con la edificación de la capilla de la Virgen del Camino.
Está cubierta con una bóveda de cuatro tramos, cuyos lunetos tienen pinturas con la representación de la Virgen Niña, de San Joaquín y Santa Ana, de la presentación en el templo, de los desposorios de la Virgen, de la anunciación, de la visitación de María a su prima santa Isabel y de la asunción de María a los cielos.
En el frente principal, sobre la cajonera, se encuentran tres tablas con la representación de Jesús con la cruz a cuestas, del santo entierro y de los discípulos de Emaús. Sobre hay un altar presidido por una escultura del crucificado de la misma época entre dos espejos con marcos barrocos.
Sobre la puerta de entrada está situada una escultura de San Eloy, de finales del siglo XVI, y, a ambos lados, dos espejos con marcos barrocos.